La transferencia tecnológica siempre ha sido un tema candente y puede ser aún más desafiante para procesos/productos complejos como los biotecnológicos.
En esta era de pandemia del coronavirus Covid-19, diferentes empresas se enfrentan a procesos de transferencia tecnológica como una obligación para impulsar su producción de vacunas contra la Covid-19, que viene dictada por las necesidades de los pacientes.
Esto ha llevado a una serie de fabricantes subcontratados de todo el mundo a heredar su tecnología, y cumplir todos los estándares de calidad en un plazo realmente corto, para así poder alcanzar los objetivos de producción.
Transferir un proceso significa tomar lo que fue desarrollado en la empresa originaria y replicarlo en otra: parece fácil, pero sólo sobre el papel. Los equipos, los servicios críticos, las metodologías y la documentación pueden ser muy diferentes entre las distintas empresas, y esto puede suponer un verdadero reto cuando se necesita transferir un proceso. Además, una vez que la transferencia se ha completado con éxito, ésta tiene que ser validada, las limitaciones de tiempo también están presentes, aún más en la desafiante situación actual.