La incertidumbre regulatoria en el sector farmacéutico en México es un tema de gran relevancia debido a las implicaciones que tiene en la innovación científica y el acceso a tratamientos efectivos. A pesar de las diversas ventajas que ofrece México, como su ubicación estratégica y mano de obra calificada, el marco regulatorio en el ámbito de fármacos y medicamentos plantea desafíos significativos que obstaculizan la entrada eficaz de tratamientos innovadores, biosimilares o genéricos intercambiables. Esta situación conlleva consecuencias perjudiciales que incluyen la inhibición de la investigación clínica, un aumento en los precios de los medicamentos debido a la escasez de competencia, y limitaciones en el acceso a tratamientos más efectivos disponibles en otros países.
Para fomentar la inversión en producción e innovación farmacéutica a largo plazo, es crucial establecer un entorno de certidumbre regulatoria basado en normativas estables y predecibles que permitan una planificación efectiva del desarrollo productivo. Cualquier modificación en las regulaciones debe ir acompañada de mecanismos que faciliten la implementación de agendas de trabajo sólidas y promuevan la colaboración entre el ente regulador y los participantes del mercado.