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Todo lo que necesitas saber sobre el nuevo Sistema de Farmacovigilancia veterinaria en México

Escrito por Leonardo Giraudo | Nov 7, 2024 10:00:00 AM

A mediados de agosto de 2024, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México anunció el lanzamiento de un renovado Sistema de Farmacovigilancia de productos veterinarios con un nuevo sistema que enfatiza el monitoreo integral de la seguridad y eficacia de los productos veterinarios. Desarrollado por el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), un organismo regulatorio dependiente del ministerio, el sistema de farmacovigilancia actualizado se centra en los productos veterinarios, proporcionando una supervisión muy necesaria a lo largo de todo el ciclo de vida del producto, desde el registro y la introducción al mercado hasta el seguimiento continuo una vez que los medicamentos veterinarios están en uso. 

Con el nuevo sistema en vigor, los fabricantes de medicamentos veterinarios deben esperar un mayor escrutinio normativo y un enfoque más estructurado para el monitoreo de seguridad, ya que la Dirección General de Salud Animal del Ministerio de Agricultura supervisará y hará cumplir los protocolos de reporte establecidos por SENASICA.  

Lo que hace que este nuevo sistema sea particularmente importante para toda la industria y no solo para los titulares de autorizaciones de comercialización es que todas las partes interesadas (veterinarios, farmacéuticos y dueños de animales) ahora deben participar activamente en los esfuerzos de farmacovigilancia como se describe en la Guía de Farmacovigilancia Veterinaria actualizada.  

El nuevo marco, que se está introduciendo de forma gradual, exige el pleno cumplimiento por parte de las compañías farmacéuticas, los veterinarios y los canales de distribución con un requisito clave para informar rápidamente sobre cualquier evento adverso (EA) asociado con los productos veterinarios. Los titulares de autorizaciones de comercialización, los veterinarios y los distribuidores también están ahora obligados no sólo a documentar dichos eventos, sino también de evaluar y clasificar rigurosamente los eventos adversos según la gravedad y la frecuencia, de acuerdo con los nuevos protocolos.