Aunque se considera que el conocimiento de los principios de la Integridad de Datos (DI, Data Integrity) está bien establecido en todo el sector farmacéutico, con un alto nivel de concienciación de que el verdadero centro de atención son los propios datos, sigue siendo muy común que, cuando se habla de DI, el debate se refiera normalmente a los sistemas computarizados, sin apenas hacer referencia a los procesos y a los datos escritos o archivados en papel (formularios, libros de registro, registros de lotes, etc.).
Esta mentalidad amplifica los riesgos de no cumplir la normativa sobre integridad de datos y contribuye a aumentar los gaps entre los procedimientos y los principios de Inte