A pesar de los avances tecnológicos, la industria farmacéutica sigue dependiendo de ordenadores con sistemas operativos antiguos para diversas operaciones críticas.
Estos sistemas heredados suelen servir como columna vertebral para equipos industriales, líneas de producción y software especializado diseñado para plataformas más antiguas y compatible únicamente con ellas. Aunque estos sistemas proporcionan estabilidad y garantizan la continuidad de procesos que se han ido perfeccionando durante décadas, también plantean retos importantes.
Con el fin del soporte técnico de Microsoft para Windows 10 en octubre de 2025, la urgencia de migrar a Windows 11 o plataformas alternativas se ha convertido en una preocupación apremiante.