A pesar de que la industria farmacéutica no figura en la lista de los principales contaminadores mundiales, se están realizando esfuerzos para garantizar que todo el ciclo de vida de los productos farmacéuticos y sus instalaciones sean responsables y sostenibles desde el punto de vista medioambiental, en consonancia con los objetivos de desarrollo sostenible establecidos por las Naciones Unidas. Paralelamente a estas ambiciones, la industria está siendo testigo de un esfuerzo concertado para reducir drásticamente las emisiones a medida que las cadenas de suministro farmacéuticas integran nuevas tecnologías para disminuir su huella de carbono, mejorar la monitorización y aumentar la eficiencia energética y la protección de los recursos.
Las principales empresas farmacéuticas están en vías de lograr la máxima eficiencia energética optimizando el consumo de energía, innovando los enfoques de desarrollo y fabricación de la producción y aplicando principios de sostenibilidad mediante el diseño para minimizar el impacto ambiental. Las tecnologías nuevas y mejoradas, como la automatización impulsada por la inteligencia artificial, han hecho posible que las empresas farmacéuticas produzcan de forma más eficiente que antes, al tiempo que reducen los residuos y los recursos utilizados.