A pesar de que las estadísticas muestran que la tasa de mortalidad materna ha disminuido en los últimos 20 años, el número de muertes maternas en todo el mundo sigue siendo inaceptablemente alto.. Según la Organización Mundial de la Salud, “el elevado número de muertes maternas en algunas zonas del mundo refleja desigualdades en el acceso a servicios de salud de calidad”. Para las futuras madres que viven en regiones rurales o remotas del mundo -a menudo denominadas "desiertos médicos" debido al acceso limitado a instalaciones y servicios sanitarios-su incapacidad para acceder a la atención prenatal y a pruebas diagnósticas importantes puede suponer un riesgo para la salud de la madre y del bebé.