La revolución industrial que estamos viviendo, fuertemente vinculada a las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y a la economía de Internet, se caracteriza por las tecnologías 4.0 y redefine el modo de producción. Si a esto añadimos el continuo cambio de los modelos de negocio, las fronteras entre organización, tecnologías y mundo exterior se difuminan cada vez más, generando un entorno altamente indeterminado.
Digitalizar la empresa revisando los procesos internos es el reto al que se enfrentan muchas empresas con un mercado global.
Por el contrario, lo que encontramos en el mercado es que los sistemas suelen estar infrautilizados. El grado de satisfacción con la integración de TI entre los usuarios es generalmente bajo, y el principal tema debatido es que los usuarios "deberían trabajar para el sistema en lugar de recibir ayuda para las actividades diarias".